

Los Jesuitas, identificarón la flor del Mburucuyá, con los atributos de la Pasión Cristiana:
La Corona de Espinas.
Los 3 Clavos.
Las 5 Llagas.
Y las cuerdas con las que atarón a Cristo.
Esta flor tan singular, se cierra como si se marchitara al ponerse el sol, y se abre cobrando su brillo natural cuando amanece.