
Te visto de recuerdos, y desnudo tus esencias,
asiento con el alma a los pecados exhibidos.
Pero he de contarte que a modo de impaciencia
esperaba tus palabras y tus silencios,
como un secreto ya establecido.
No te visto de recuerdos y reconozco tus ojos,
esos que me miraron a mi rostro, sin olvidarlo
y a cada despertar el perfume,
miro el brillo eterno de tus ojos,
nacen y crecen sueños furtivos que merecen,
conseguirlos.
En mis recuerdos, en tus recuerdos,
en mis horas y en mi tiempo,
en mis silencios y en mis suspiros,
en mis risas y en tus sonrisas,
en mis sueños y en tus suspiros.
Saludos, besos y azotes de colores.